Durante décadas, el gobierno cubano ha intentado justificar su permanencia en el poder argumentando de que son los únicos que pueden garantizar la preservación de las “Conquistas de la Revolución”; afirman que, sin el PCC, el socialismo y la “Revolución” no habría equidad y ni justicia social en Cuba.

Cualquier cambio que no los incluya a ellos seria regresar al capitalismo salvaje que existía antes de 1959.

Las mencionadas conquistas pudieran resumirse en:

  • Independencia de la influencia corrupta y sumisión económica de los Estados Unidos,
  • una adecuada seguridad social
  • educación y salud para todos,
  • hacer dueños a los campesinos de sus tierras,
  • proveer empleo para todos,
  • erradicación de las clases sociales,
  • erradicación del racismo e
  • igualdad social para las mujeres.

Todas estas son aspiraciones que toda la humanidad ha buscado desde siempre y es cierto que en los primeros años del proceso revolucionario fueron implementadas pero el ambiente de confrontación entre Cuba y los Estados Unidos primero y después en medio de la compleja situación mundial durante la llamada “Guerra Fría”, los llevó a la imposición de políticas y leyes restrictivas y represivas en la que el Estado restringió todos los derechos individuales en aras de “Defender a la Revolución” y mantener dichas conquistas.

El Estado asumió un papel “paternalista”, proveía todos lo que la población necesitaba y castigaba a los que no “agradecían” lo que hacían por ellos, a los “desagradecidos” que no querían ninguna ayuda del gobierno y a los que cuestionaban la pureza de sus intenciones. A todos estos desagradecidos se les llamo: Contrarrevolucionarios, gusanos, apátridas, enemigos

El embargo norteamericano, la falta de eficiencia de la producción nacional y la fuerte inversión en actividades militares e “internacionalistas”, consumían mucho mas que lo que el país producía. Los recursos disponibles no alcanzaban para cubrir las necesidades alimentarias y social implementado.

Todas las llamadas “Conquistas” solo pudieron ser implementadas por la generosa subvención soviética que dura desde 1961 hasta el momento en que desaparece la URSS en diciembre de 1991. Sin esta ayuda, todos los “avances sociales” se ven afectados hasta el punto de que muchos de ellos solo existen hoy simbólicamente.

En 1992 comienza en Cuba el llamado “Periodo Especial” (eufemismo para denominar a la peor crisis económica que jamás Cuba haya vivido) y como mencionamos anteriormente, todos los servicios sociales se ven afectados. Social y económicamente se reseteo el tiempo y Cuba regresó a 1899.

La producción nacional cayó estrepitosamente, especialmente la agricultura y una enorme cantidad de personas se encuentran sin empleo o se mantienen en plantillas sin prácticamente producir (plantillas infladas), mientras que otros son enviados para sus casas indefinidamente con el 60% de su salario (trabajador interrupto). Es importante destacar que este trabajador perdía este subsidio una vez que se negara a aceptar una oferta laboral, cuya oferta podía ser en una actividad muy distinta a la suya o estar ubicada fuera de su localidad siempre que estuviera dentro de su provincia.

Es aquí cuando el Estado toma la decisión que cambiaría el curso de la Revolución para siempre: permite la dolarización de la economía e incentiva la inversión extranjera especialmente en el turismo nacional. A partir de este momento todos los esfuerzos estarán encaminado a mantener el Statu Quo inalterable traicionando todos los principios que la Revolución habían defendido hasta ese momento. Todas las lacras del pasado regresaron desenmascarando, de un golpe, 30 y tantos años de inútil sacrificios.

“la Revolución Cubana” intento por todos los medios de hacerle creer al pueblo cubano que todo seguía igual, que la culpa no era del “socialismo” sino de los enemigos de la revolución. La “Generación Histórica” nunca asumió su responsabilidad en el desastre económico y se aferraron al poder mediante el incremento de la represión.

Es cierto que el “socialismo” logro mantenerse en el poder, pero a costa del sufrimiento material y emocional de la población cubana y de un cambio profundo de la idiosincrasia del pueblo cubano. El cubano de después de 1992 no se parece casi en nada a las generaciones anteriores.

Un análisis imparcial demostraría que el problema no es solamente económico sino primordialmente político en su esencia debido a la renuencia del gobierno de implementar medidas de descentralización de la producción y relajar el control de la economía por el miedo de la clase dominante (“Generación Histórica”) de perder el control del poder.

La dolarización y el auge del turismo latinoamericano y europeo conllevo a la entrada de lacras sociales que se había eliminado en el 1959 como la prostitución (jineterismo), juegos (la bolita), consumo de drogas fuertes, y mendicidad. Se creó una doble economía: la oficial, muy controlada, pobre e ineficiente y el mercado negro con precios exorbitantes, gran variedad de productos y adaptable a las circunstancias. Comenzó un éxodo masivo de profesionales hacia profesiones más lucrativas, o sea, las relacionadas con el turismo.

La falta de oportunidades, así como la falta de esperanza en un futuro mejor en lo inmediato (han sido engañados por casi 60 años con la promesa de “sacrificarse ahora para tener un futuro mejor”) es la causa principal de que miles de personas, especialmente de jóvenes, emigren hacia cualquier parte del mundo que se les presente. Son cubanos que no se sienten incentivados y que han dejado de creer en las promesas del gobierno. Decidieron alcanzar sus sueños por sí mismo sin embargo, para el gobierno estos son solo “desagradecidos” más que traicionan a su patria cuando esta mas los necesita.

Que se hace con un sistema de salud que abarca todo el país pero que está en peores condiciones que en 1959, no tiene medicamentos suficientes para sus enfermos, ni sabanas para las pocas camas que quedan, o donde los salones de operación están contaminados y hay pacientes que mueren por causas “desconocidas”, o donde los mejores hospitales están dedicados a atender a pacientes extranjeros que pagan con dólares, o que la mayoría de sus mejores profesionales emigran o se van a cumplir misiones para mejorar su condición económica. ¿No era para eliminar esto por lo que se hizo una Revolución?

Que se hace con un sistema de educación que no cuenta con suficiente personal capacitado ni las instalaciones adecuadas, ni los lápices, libros y libretas necesarios. ¿Qué se hace con un sistema educativo que dedica más tiempo a actividades “políticas” que a la educación? y cuyo tema principal de estudio es inculcarnos una ideología que cada día es más extraña a nosotros.

Que se hace con un Sistema de Seguridad Social que apenas les aporta a los ancianos lo mínimo para sobrevivir y sin atención o ayuda extra alguna. La poca ayuda extra que encuentran es la que pueden pagar para que alguien los cuide o los acompañen.

Que se hace con un nivel de mortalidad infantil bajo cuando nuestros hijos, materialmente, carecen de casi todo, cuando su alimentación es precaria y es un constante reto para sus padres.

Las personas que mejor logran sobrellevar la existencia en la Cuba actual son aquellas que tienen familia en el extranjero y reciben dinero de estas de forma regular. Estos cubanos, que en su inmensa mayoría salieron ilegalmente, son las mismas personas que el régimen llamó “traidores” y “enemigos de la patria” y que ahora, con el dinero que les envían a sus familiares, ha hecho renacer la división social de clases extrema, la misma división contra la que la “Revolución” había luchado antes.

Supuestamente las clases sociales fueron eliminadas en 1959 pero de hecho en Cuba existe la siguiente división:

  • la clase trabajadora: son los que viven de su salario y que apenas les alcanza para vivir,
  • los “masetas” y “merolicos”: son los que venden a los trabajadores las mercancías compradas a los burócratas,
  • los burócratas: son los que administran los recursos del Estado como suyos propios y finalmente
  • los dirigentes (del Estado y del Partido): son los que dirigen al país como si fuera suyo.

Todos sabemos, a pesar de las palabras del régimen, el racismo nunca se erradico completamente, las mujeres siguen siendo victimas de la violencia doméstica y de violaciones y que la policía no toma en serio dichos crímenes y solo interviene en casos de “escándalo público”. Los niveles de violencia y de criminalidad se han disparado peligrosamente y sigue creciendo, las peleas callejeras y en eventos públicos son frecuentes, el robo a pleno luz del día es frecuente y la corrupción administrativa está más rampante que nunca.

Que se hace con las tierras agrícolas que ya no les pertenecen a los campesinos desde 1962 y están sin explotar actualmente a pesar de la nueva ley de arrendamiento. La “Revolución” les quito las tierras a los latifundistas y se las dio a los campesinos, pero poco después les quito la mitad y los obligaron a “cooperativizarse” y a venderle solo al Estado lo poco que producían. El abandono del campo ha sido una constante desde ese momento y hoy día apenas existe la clase campesina.

Que hacemos con una Universidad politizada que expulsa jóvenes por expresar sus opiniones políticas diferentes a las del gobierno aun cuando la Constitución establece que la Educación es para todos sin distinción. Que se hace con una carrera universitaria que no te interesa porque tu escalafón no fue lo suficientemente alto para obtener la plaza que querías y después te obligan a pasar 3 años de Servicio Social. Que haces después con un empleo que no te interesa porque no es lo que querías estudiar.

Las llamadas “Conquistas de la Revolución” ya no representan verdaderas conquistas porque después de casi 60 años aún estas no se han podido consolidar.  Es demasiado tiempo para esperar por una promesa.

La “Revolución” hace mucho tiempo que dejo de ser un movimiento revolucionario y se convirtió en un club elitista formado por los que dirigieron aquel movimiento y que hoy son llamados “Los Históricos”, un grupo de generales que llevan casi 60 años en el poder, y que han intentado mantener vivo un sistema que, desde hace mucho tiempo, demostró que no funciona y que ha sido el causante de la pobreza de la población cubana.

El problema del sistema cubano es la planificación centralizada, la falta de auto gestión empresarial y la falta de libertad individual para decidir su propio destino. El problema cubano es la intromisión del Estado.